martes, 24 de mayo de 2016

4. Billete de ida y vuelta

El aprendizaje de idiomas se podría comparar en parte a viajar. Pensemos que la sensación de empezar una nueva lengua es como hallarte en un sitio donde nunca habías estado. A medida que vas practicando, comienzas a ubicarte en el lugar y a sentirte más cómodo. Pero sabemos que las ciudades se puede visitar de mil maneras igual que se puede estudiar un idioma. Dicho esto, hoy hablaremos sobre las metodologías para la enseñanza de lenguas (aquellos recursos mediante los cuales se puede adquirir un idioma) y ¡ver las diferentes formas para conocer mundo! 








En primer lugar, tenemos la gramática-traducción (aquella que intenta buscar los esquivalentes gramaticales entre dos lenguas). Es decir, hacer una comparación para ver las diferencias junto con las semejanzas de la lengua materna y la segunda lengua. Tal como he mencionado en mis últimas entradas, la enseñanza que tuve de latín se basaba exclusivamente en la traducción.




El método directo (aquella cuyo objetivo es instaurar un vínculo entre el concepto y la palabra sin el uso de la lengua materna) ha permanecido sobre todo durante la enseñanza de segundas lenguas. En general, el aprendizaje se realiza a través de explicaciones con dibujos, indicaciones, paráfrasis y otros recursos. Por ejemplo, ¿cuántas veces habremos escuchado la frase in English please en clase de inglés? Simplemente, un equivalente a ¿De qué te ríes? Dilo en voz alta y así nos reímos todosDe este modo, la habilidad más fomentada es el habla mediante la autocorrección, la conversación, el dictado, la lectura en voz alta, etc. El problema es cuando te identificas con la segunda fotografía:




Otro que prioriza el habla es el audio-lingual (aquella que pretende crear una relación entre la imagen visual y la palabra). Cabe resaltar que su objetivo es construir estructuras gramaticalmente correctas además de lograr una buena pronunciación. En mi caso, este sistema se daba de forma puntal en gran parte de las clases, aunque en portugués estuvo muy presente. Por ejemplo, reproducían una grabación o vídeo para que luego lo repitiéramos.  

Con una pequeña diferencia, encontraríamos el comunicativo (aquella que intenta desarrollar la competencia comunicativa teniendo sobre todo en cuenta el mensaje). A diferencia del anterior, se pretende crear frases o expresiones con significado donde la interacción entre los alumnos es clave. Aunque, como he dicho previamente, no puedo especificar la lengua concreta en la que he seguido este procedimiento, muchas veces he tenido un ratito para hablar en parejas o tríos sobre algo en concreto. En italiano, nos dejaban unos minutos para recrear una situación como pedir una cita, comprar un billete de tren, reservar una habitación, etc. 




La inmersión lingüística (aquella que emplea una segunda lengua para impartir algunas materias para que los aprendices sean competentes en el idioma en cuestión) forma parte de mi vida. Sin andar más lejos, Cataluña utiliza este recurso para que sus habitantes aprendan el catalán impartiendo las clases no lingüísticas como ciencias naturales, sociales, educación física, etc. Además, el Erasmus podría incluirse en ella dado que las explicaciones gramaticales en las asignaturas de italiano o portugués eran en inglés.



La primera fotografía es una clase de la Universidad Pompeu Fabra (Poblenou) mientras que la segunda es una aula de la Universidad de Leeds (Michael Sadler Building)


Otras formas que han usado muy puntualmente en mi educación es la suggestopedia (aquella que enfatiza la predisposición y el entorno donde se sitúa el estudiante). No sabéis cuánto me recuerda a la profesora de inglés que tuve en Leeds. Hablaba siempre con una voz so calm cuando nos decía: can you discuss it together? Together, together... mientras hacía parejas con las manos, hasta que se percataba que éramos impares y dudaba por unos instantes y murmuraba mmm, well you as a three. Gran paciencia que debía tener la pobre mujer con los españoles ya que siempre nos sentábamos y acabábamos hablando castellano entre nosotros independientemente de las innumerables ocasiones que nos rogaba no sentarnos juntos. También los enfoques basados en proyectos (aquella que se centra en hacer un trabajo según los intereses o motivaciones de los alumnos). Creo que he hecho prácticamente de todo: crear un programa de radio, hacer mi propio blog (como este), escribir un artículo o una reseña para el diario, una receta culinaria, una investigación sobre las variantes del inglés, etc. 

En general, considero que hay algunas metodologías que son mejores en comparación con otras. Sin embargo, debemos tener en cuenta las necesidades y los propósitos que tienen los alumnos. Personalmente, de todas ellas prefiero la inmersión lingüística o el método directo porque son las formas en las que realmente puedes desarrollar tu potencial y aprender mucho más de lo que está escrito en los libros. 

Espero que os hayáis hecho una idea sobre las distintas metodologías para la enseñanza de lenguas y cuáles creéis que mejor se adaptan a vosotros. La siguiente entrada tratará sobre los currículums, ¡hasta la próxima!   

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